Por Dra. Ximena Gauché
A partir de los resultados del 25 de octubre de 2020, Chile se encuentra encaminado a un tiempo de cambio constitucional sin precedentes. La amplia manifestación de las personas que votaron deja en evidencia que la mayor parte de la sociedad está de acuerdo con cambiar las reglas del pacto social de las últimas décadas. También, fue una amplia mayoría la que decidió que el contenido de la nueva Constitución sea redactado por un órgano constituyente electo especialmente para este efecto.
El camino constituyente que toma Chile desde este 2020 es la apertura de una página que quedará en la historia del país como un tiempo en que se acordó, en las urnas, un ejercicio de democracia y participación que también es inédito en el mundo. Esto, porque nuestra nueva constitución será la primera que garantizará un equilibrio entre hombres y mujeres.
Para que este momento constituyente cumpla las expectativas que se han puesto sobre su desarrollo es relevante concretar una participación efectiva y equitativa de todas las personas que tengan el legítimo interés en ser parte activa y determinante del resultado.
Tanto en la elección de quienes integren el órgano constituyente, como en los relevantes debates que se darán para determinar los elementos constitucionales clave que hay que incorporar en la nueva constitución chilena a fin de que sea, de verdad, un pacto social legitimado en su origen, proceso y resultados, en el que cada persona se sienta incluida desde sus particularidades y realidades, como también desde sus sueños y necesidades.
Para esto es determinante la información que se reciba para poder participar e incidir en la gestión pública. De acuerdo con la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos, para una democracia representativa es clave, entre otros elementos, la participación de la ciudadanía en las decisiones relativas a su propio desarrollo. Es un derecho y una responsabilidad, así como también una condición necesaria para el pleno y efectivo ejercicio de la democracia. El Estado debe asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional y promoverla a través de diversos mecanismos y en todos sus niveles: local, regional y nacional.
En el día internacional de los Derechos Humanos, declaramos la voluntad de ser un aporte sustantivo al Chile actual y futuro, y relevamos la participación como un derecho humano esencial de nuestra institucionalidad democrática, para el pleno ejercicio de un proceso constituyente cuyos resultados representen los grandes acuerdos del nuevo pacto social.
Fuente El Mostrador