Tras el contundente triunfo de la opción Apruebo y Convención Constitucional, comienza el camino hacia la elaboración de una nueva carta magna. Los resultados muestran que la ciudadanía está exigiendo ser parte activa del proceso, señalan analistas de la UdeC.

En una jornada que ha sido calificada como histórica, tanto por el resultado como por la participación, el plebiscito para abrir la puerta a una nueva constitución terminó con un triunfo inapelable para la opción Apruebo, y también para que el organismo que discuta la próxima carta fundamental sea una Convención Constitucional, elegida en un 100% para este cometido.

El día después tuvo diversos análisis desde el mundo político y social, así como desde la academia. Quienes han venido siguiendo el proceso desde cerca señalan que hoy, más que nunca, se necesita una apertura desde los partidos políticos hacia la ciudadanía, para que las expectativas por mayor participación expresadas en las urnas no se vean obstaculizadas.

“Cuando hace 15 años ya se notaba la crisis de representación, los partidos no cambiaron su comportamiento. Hoy es el momento de que no sean las mismas caras de siempre”, señala la politóloga Jeanne Simon Rodgers, académica del Departamento de Administración Pública y Ciencia Política UdeC. “Necesitamos personas que conozcan las distintas realidades, que vengan de distintos territorios, que representen distintas perspectivas de vida y que sean razonables, que tengan la capacidad de comprender los argumentos de otros y visibilizar los puntos en común”.

Si los partidos no se avienen a una mayor participación de rostros nuevos —en la forma, por ejemplo, de candidatos independientes— el resultado puede ser una desafección de los votantes hacia el proceso, lo que representa un problema. “La nueva constitución debe lograr casi el mismo porcentaje de aprobación; seria grave si se logra aprobar por poco margen, porque se afecta su legitimidad”, complementa la Dra. Simon.

Es así como el triunfo del Apruebo no debe ser leído como el final del camino, sino como el inicio de un proceso, en el que la ciudadanía jugará un rol de vigilancia activa. “Esto no es un cheque en blanco de la ciudadanía a los actores políticos. El proceso exige mucha transparencia, dedicación, apertura y seriedad para que las propuestas permitan la convivencia”, señala la Dra. Violeta Montero Barriga, directora del Magíster en Política y Gobierno UdeC.

Algunos mecanismos para que los votantes puedan tener esta participación, indica la académica, pueden ser las consultas, asambleas o audiencias públicas, que se deben combinar con el ejercicio deliberativo que se realiza dentro de la Convención. Con ello, “la ciudadanía estará más informada y podrá canalizar sus opiniones”, dice.

 

El factor regional

Una preocupación para quienes habitan fuera de la Región Metropolitana es la forma que tomará el debate sobre la descentralización al interior de la Convención, tomando en cuenta que tanto los partidos como la administración estatal está concentrada en la capital.

Por una parte, está el debate constitucional en sí mismo. “Un tema es la discusión sobre la forma de gobierno. Se podría revisar si se mantiene el régimen presidencial o se cambia. Eso va unido a la forma jurídica de Estado, veremos si mantener esta centralización que se ha ido descentralizando administrativamente pero no políticamente, o vamos a otros sistemas de Estado regional, que tienen un nivel más fuerte de descentralización política. En eso nuestra región tiene harto que decir y desde la academia tenemos mucho que aportar”, comenta el Dr. Fabián Huepe Artigas, director del Departamento de Derecho Público de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.

Lo fundamental, afirma, “es que vamos a conversar, a poner los temas sobre la mesa, en condición de igualdad. Y cualquier tópico va a requerir dos tercios para su incorporación”.

Otro elemento relevante para las regiones será la elección de los miembros de la Convención. Aquí, el llamado es a organizarse localmente, pues la idea es que “no venga gente de Santiago para la convención en regiones. Espero que el electorado no vote por personas que vengan desde afuera”, apunta la Dra. Simon. Entre los temas locales, están los ligados al agua y al medio ambiente y otros sobre autonomía territorial, que debieran ser consultados en el mismo territorio donde ocurren, afirma.

Un curso de Educación Cívica

En cuanto a los niveles de participación social, tanto desde las calles como en el interior de la futura Convención, es probable que la ciudadanía continúe movilizada, plantean los analistas. “El debate no se pondrá más técnico ahora. Creo que los próximos dos años serán un curso intensivo de educación cívica. Con ello se logra que las personas comprendan la Constitución y la sientan propia, así como el respeto por las leyes, que se da cuando las identificamos como algo propio”, dice la profesora Jeanne Simon.

Para ello, insiste Fabián Huepe, es importante el rol de los expertos como canalizadores de la energía ciudadana. “Creo que todos tenemos derecho a opinar. En las charlas que hemos dado, las personas dicen ‘quiero opinar, pero quiero información imparcial’. Es decir, la ciudadanía quiere y necesita tener información desde la academia”.

En eso coincide la profesora Montero, que subraya que existe el riesgo de la desmovilización. Sin embargo, espera que se mantenga el interés ciudadano “por informarse de los temas políticos y atento a la discusión. Esto pasa porque todos los actores sociales y políticos le demos importancia al tema y es lo que hemos estado haciendo desde la Universidad”.

Fuente Noticias UdeC