El domingo 4 de julio de 2021 pasará, sin duda, a la historia de Chile. Luego de 18 meses desde la promulgación de la Ley 21.200 que reformó la Constitución de 1980 para permitir el proceso constituyente, quedó instalada la Convención Constitucional, órgano encargado de redactar un nuevo texto constitucional que será sometido a plebiscito de salida para su aprobación.
De esa jornada dominical inédita es posible identificar algunos momentos cargados de simbolismos para un país que atraviesa profundos cambios.
Uno de ellos es la evidencia de que Chile es un territorio diverso. En efecto, el acto de investidura y aceptación del cargo fue poniendo en evidencia la diversidad presente en el órgano constituyente. Diversidad que es de género, política, territorial, de creencias, de formas de entender el Chile del siglo XXI. Esa misma diversidad quedó reflejada, también, en la elección de la mesa directiva. La Convencional Elisa Loncon, constituyente por el pueblo mapuche, fue elegida Presidenta del órgano constituyente por 96 votos en segunda votación, mientras que el Convencional Jaime Bassa, constituyente por el Distrito 7, fue elegido Vicepresidente de la Convención por 84 votos en tercera votación. La paridad de género, la presencia de alguien que pertenece al pueblo mapuche, la diversidad territorial y su condición de personas del mundo profesional académico, son rasgos que ratifican que Chile es, efectivamente, un país de muchas identidades. Así, ver a una mujer mapuche presidir este órgano y pronunciar su discurso en su lengua materna no puede ser más que otro símbolo para la historia.
Pero los días siguientes al domingo 4 de julio también se están registrando en los textos de historia. De la nueva historia de Chile.
La semana estuvo marcada por los problemas para iniciar el funcionamiento regular de las sesiones en el contexto de pandemia pero, además, por los primeros acuerdos y por las primeras discrepancias. Hubo acuerdos para la ampliación de la mesa con escaños reservados, para adoptar la declaración “La Convención Constitucional a los Órganos del Poder Constituido sobre la prisión política en Chile y la militarización del Wallmapu” y para la creación de algunas comisiones provisorias para ver temas de reglamento, presupuesto y administración interior, y ética, como principales. También, hubo anuncios de parte de un grupo de convencionales de una eventual reclamación ante la Corte Suprema por infracción a reglas de procedimiento.
Para los próximos días, es esperable que se aborden otros temas. Avanzar en el funcionamiento autónomo, en un plan o cronograma de trabajo o en perfeccionar sus procesos de toma de acuerdos parecen ser tareas imperativas si se pretende eliminar toda posibilidad de cuestionamiento a la legitimidad de sus procesos y funcionamientos.
Sin embargo, seguramente nuevas diferencias sustantivas y procedimentales frente a temas complejos se van a manifestar. Será un desafío y una responsabilidad de las y los convencionales constituyentes estar a la altura del momento para avanzar decididamente en el mandato que se les ha otorgado.
Así las cosas, julio de 2021 ya está en la historia de un Chile que vive una oportunidad única para perfeccionar nuestra democracia a través de un nuevo pacto intergeneracional e inclusivo.
Desde el Programa Foro Constituyente de la Universidad de Concepción, reafirmamos la fidelidad a la vocación y a la esencia pública de la institución, poniendo las capacidades humanas e institucionales, así como el conocimiento científico situado que se desarrolla desde las regiones de Biobío y Ñuble, al servicio del proceso que estamos viviendo.